La confirmación de que el segmento fintech no es una moda pasajera, sino una industria con un potencial de expansión sin límites, llegó este lunes de la mano de Apple, que provocó un verdadero terremoto con el lanzamiento de su Apple Card.
No se trató de un movimiento en la famosa falla de San Andreas que surca la costa californiana, sino de un cimbronazo que tomó por sorpresa al mundo de los bancos y las finanzas: la mayor compañía del mundo, el paradigma de lo que es la industria tecnológica, hizo su gran apuesta en el segmento de los pagos.
Está claro que la meta final es dominar el espacio de los pagos digitales. La compañía confirmó que está en camino de superar las 10.000 millones de transacciones a través de Pay este año y destacó el 70% de los comerciantes en los Estados Unidos ya aceptan la plataforma.
En este marco, el lanzamiento de su tarjeta es de vital importancia, ya que le permitirá expandirse a infinidad de negocios y establecimientos en todo el mundo que hoy no aceptan pagos por smartphone.
Respecto al «plástico», que en realidad estará fabricado en titanio, los usuarios deben registrarse en la app Wallet, acción que lleva apenas unos minutos. Así, podrán hacer seguimiento de sus compras, saldos y vencimientos, directamente desde el celular.
Un detalle muy particular del producto ess que no posee número, CVV, fecha de vencimiento ni firma del usuario. Toda esa información se almacena directamente en la aplicación.
Una ventaja importante citada por Apple en su presentación fue el nuevo programa de recompensas llamado Daily Cash: si se utiliza Apple Pay en cualquier local, la compañía devuelve el 2% de la compra; si se compra directamente en Apple, será el 3%.
La tarjeta física, por su parte, tendrá un reembolso del 1% cuando se utilice en tiendas.
Esta devolución se realiza en dinero y no en puntos o cupones; por ende, puede utilizarse para otras transacciones o para enviarse a otros usuarios. La empresa prometió además que Card no tendrá costos asociados, comisiones, ni tarifas internacionales, y adelantó «las tasas de interés más bajas».
Por otro lado, como muchos de los productos de la compañía, la privacidad es un ítem clave.
«Apple no sabe lo que compraste, dónde lo compraste y cuánto pagaste por ello», aseguró Jennifer Bailey, vicepresidenta la división Pay. Esta información quedará en el teléfono y, prometieron, no llegará a sus servidores.
Para llevar adelante tamaño proyecto, Apple tuvo que salir a buscar sociedades que le permitieran sostener el producto. Por ende, sumó dos aliados de peso que le ayudarán a consolidar la propuesta: Goldman Sach y Mastercard.
Esta última suma así otro partner de peso en su batalla con Visa por el control del segmento fintech en su pata crediticia. La firma de los dos círculos está decidida a liderar esta nueva era de pagos y ha dado pasos concretos para lograrlo.
Mientras a nivel global pujan por quedarse con distintas startups que prometen grandes ganancias a futuro, Visa y Mastercard juegan un partido aparte para la transformación digital de sus negocios en la Argentina.
En efecto, la marca de los dos círculos ya se aventajó en el marcador y promete liderar la avanzada de las nuevas formas de pago.
Mastercard abrió el score el año pasado, cuando lanzó las tarjetas contactless, una tecnología superadora al chip y la banda magnética que se basa en los siguientes pilares:
– El cliente apoya la tarjeta sobre el lector para abonar, sin necesidad de entregarla a un tercero.
– El plástico tiene un chip con datos encriptados que permiten que no se «clone» la tarjeta.
– La operación no requiere la presentación del DNI. Tampoco la emisión del cupón ni la firma del cliente en operaciones de hasta $1.000.
– Las tarjetas se pueden «virtualizar» en una billetera electrónica, permitiendo abonar al colocar el celular sobre la terminal.
Dentro de la banca argentina, dan cuenta del «atraso» local de la marca más utilizada en el mundo.
Lo cierto es que el plan digital de Mastercard está en marcha desde hace rato y el recambio de plásticos es solo una pequeña parte.
La otra muestra de su gran apuesta al mercado argentino consistió en interpretar el fuerte avance de las fintech durante 2018. Tal es así que es la tarjeta «preferida» por estas startups, como Mercado Pago (en alianza con Banco Patagonia), Ualá y Wilobank. Este último, hasta incoporó el contactless.
El caso de la empresa de Marcos Galperín es especial, ya que además se acordó la provisión de tecnología con el fin de autenticar (logueo) a los usuarios de Mercado Pago para garantizar la seguridad de las operaciones y dotarlas de una mayor rapidez.
De hecho, ambas firmas están trabajando en la tokenización de las tarjetas. Es decir, en encriptar los 16 dígitos del plástico para que sólo sirva en esa operación, y bajo otros limitantes.
Así, desplegó el sistema MDES (Mastercard Digital Enablement Service), que ya estásiendo adoptado por los bancos de la región.
Visa, por su parte, fue más tímida en este sector y recién en 2018 se decidió a formar parte de este boom junto a Brubank, el banco 100% digital fundado por el ex Citibank Juan Bruchou.
Hoy, podría decirse que Mastercard es la única tarjeta contactless del mercado (Visa recién está introduciendo sus plásticos) y viene jugando fuerte desde hace tiempo, más allá de la inminente implementación de esta tecnología por parte de su competidora.
«Para introducir una nueva tecnología e inducir un nuevo comportamiento, lanzamos promociones muy agresivas que llamen la atención. Suele registrarse un salto enorme en las ventas, ya que el nivel de transacciones queda más alto al final de la promoción que al inicio. Hay un residual que se sostiene en el tiempo», explica Martín Lang, Country Manager para la Argentina de Mastercard.
En diálogo con iProUP, el directivo señala que el próximo será extender el servicio a tarjetas de débito y con saldo prepago. También asegura que lograron crear un «círculo virtuoso» con bancos y comercios, ya que ahora los «van a buscar» para aprovechar las ventajas del contactless.
En total, la firma acumula cerca de 500.000 cuentas «sin contacto» en la Argentina, un número que Lang considera todavía «bajo» para las decenas de millones que componen su parque de plásticos. A partir de ello, se entusiasma por el potencial de la evolución de esta modalidad.
Según The Nilson Report, se trata de una pelea desigual: a nivel global, Visa sextuplica el mercado de tarjetas de su competidor. Pero el partido es largo y la transformación digital le sienta bien a Mastercard, que en 2018 mostró por primera vez en 48 años un crecimiento de su market share en simultáneo con un descenso de su rival. Y quizás Apple sea el socio para el éxito.