En 1987 junto a Luis Martínez, compañero de la facultad de Arquitectura, crearon su constructora, apostando por la complementación de sus perfiles. Su socio aportaba la mirada comercial y él su habilidad para las relaciones públicas y la administración. Concretaron algunas obras y la de mano de alianzas estratégicas con otras compañias encararon proyectos de mayor envergadura.
«Crecimos con tropiezos. La híper del ’89 nos llevó a liquidar todo a pérdida para finalizar una obra grande comprometida, cuyos certificados a vencer estaban totalmente licuados. Eso casi nos hizo desaparecer y nos marcó a fuego el concepto de que en un país con ciclos económicos permanentes debíamos generar fondos anti cíclicos» cuenta.
Hoy, la firma tiene en su haber, desde la participación en planes de viviendas hasta presas en el sur, pasando por plantas de tratamiento en Río Cuarto o la actual obra de acueductos en Alta Gracia. Hace poco más de una década con la empresa más consolidada, Lumello comenzó a involucrarse en la gremial empresaria hasta llegar a ser en la actualidad presidente de la Delegación Córdoba de la Cámara Argentina de la Construcción.
«Siempre pensé que las instituciones que nuclean objetivos comunes dan oportunidades y mejores resultados. Ahora estamos sumando jóvenes, necesitamos nuevas formas de ver a la actividad» considera.
Pese al mal momento que atraviesa la actividad, por la falta de financiamiento, el parate en la obra pública y la caída en el empleo, confía en que lleguen nuevos proyectos para una re activación muy necesaria: «no hay nada como la vivienda para recuperar empleo. Ataca el déficit habitacional, el desempleo y capacita a la gente», dice.
Hoy intenta evangelizar con el concepto de unir a toda la cadena de valor de la construcción, mientras busca aprovechar el tiempo con la familia en general, sus nietos en particular y su pasión por el golf, del que confiesa ser «un jugador voluntarioso»