Antes de que el Gobierno promulgara la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva en el marco de la Emergencia Pública, la Cámara de Importadores y Distribuidores Oficiales de Automotores (Cidoa) advirtió que, si el proyecto avanzaba, más de veinte marcas podrían irse del país. Ahora, con la medida ya confirmada, la advertencia toma más fuerza: «Estos gravámenes de tal magnitud pondrán en serio riesgo la continuidad de empresas dedicadas a la importación, la mayoría de ellas de empresarios argentinos», lamentó Cidoa.
Los nuevos gravámenes del impuesto automotor entrarán en vigencia el 1 de enero de 2020. Desde ese día, los vehículos con precio mayorista desde $1.300.000 (unos $1.700.000 al público) pagarán un impuesto del 20 por ciento (tasa efectiva del 25%) y desde $2.400.000 (alrededor del $3.100.000 al público), uno del 35 por ciento (tasa efectiva del 54%).
A través de un comunicado oficial, la Cámara alertó que «los precios resultantes de la aplicación de la escala determinada pueden sacar del mercado a las más de 20 marcas asociadas», y lamentó «imaginables consecuencias para 176 concesionarios, 311 talleres post venta y 8600 puestos de trabajo directos».
Cidoa agrupa a veintidós empresas importadoras de autos. En su mayoría, son chinas, pero también hay algunas europeas, estadounidenses, japonesas y coreanas.
- Alfa Romeo (Italia)
- Jaguar (Gran Bretaña)
- Land Rover (Gran Bretaña)
- Mack (Estados Unidos)
- Mini (Gran Bretaña)
- Porsche (Alemania)
- Volvo (Suecia)
- Hyundai (Corea del Sur)
- Isuzu (Japón)
- Kia (Corea del Sur)
- Subaru (Japón)
- Suzuki (Japón)
- Baic (China)
- Chery (China)
- DFSK (China)
- Foton (China)
- Geely (China)
- Great Wall (China)
- Haval (China)
- Jac Motors (China)
- Lifan (China)
- BMW (Alemania)