Francisco Quiñonero no anda con vueltas: “Esto no es un cisne negro, es una bomba y hay que acomodarse”, asegura sobre la irrupción del COVID-19 que paralizó a buena parte del mundo. En ese sentido, explica que aunque habían arrancado a buen ritmo, la publicidad vía pública (uno de los puntos fuertes de Braver) cayó 60% en el último mes y ahora se analiza cómo seguirá.
“Todo indica que esto va a llevar un tiempo. Nadie sabe cuánto. El tema es que de estos momentos también surgen oportunidades”, señala Quiñonero.
Específicamente se refiere al e-commerce y a la cantidad de empresas que se están interesando en ingresar en ese segmento, “algo que no tenían pensado implementar en el corto plazo, pero que ante el nuevo escenario que se plantea, que va a cambiar todo, desde la forma de vender hasta la de trabajar”, señala el joven empresario.
En ese sentido, si bien desde la agencia de publicidad de grupo (Osadía) atienden a más pymes que quieren entrar en la era de la digitalización, Quiñonero es cauto: “Hay que ver si todas las empresas, principalmente las pymes, pueden largarse a vender. Es un proceso que tiene que ser ordenado. Por ese motivo, tratamos de aconsejar qué es lo más conveniente”.
“Atentos a los cambios que se vienen vamos a tener que ser muy creativos a la hora de aconsejar a las marcas. No tengo dudas de que vamos a salir adelante de esta crisis, los argentinos siempre lo hicimos. Por ahora, preocupa la incertidumbre porque se trata de un proceso muy atípico, nadie se esperaba esto”, señala Quiñonero.