Con un taller sobre la cadena de valor del maní, comenzaron los encuentros sectoriales para avanzar en el diagnóstico, diseño y elaboración de la Matriz Productiva Córdoba 2030 que impulsa el Ministerio de Industria Comercio y Minería. Se apunta a definir un perfil productivo basado en la mejora la competitividad, la sustentabilidad ambiental y la generación de empleo privado de calidad.
“Queremos que la Matriz Productiva potencie el objetivo que nos plantea el gobernador
(Juan) Schiaretti de subsidiar el empleo y no el desempleo, y por eso entendemos a la
competitividad desde el desarrollo productivo, para que cada pueblo cordobés tenga un
desarrollo productivo y evolucionemos pensando en los aportes de la innovación, el I+D, la investigación y la educación”, expresó el titular de cartera industrial.
Y añadió que otro de los ejes de la clusterización es “la generación de trabajo, pero de
trabajo calificado”, dijo Eduardo Accastello en la inauguración de los talleres que serán un eje de trabajo para la definición de la Nueva Matriz.
En diálogo con Punto a Punto, Accastello avanzó en algunos detalles para conocer cómo
se trabaja en la conformación de la Nueva Matriz Productiva y cuáles son los ejes de este
enfoque. “Córdoba tiene una matriz productiva extraordinaria a partir de la producción de
la década de los ´40 y ´50 con la formación de la industria automotriz y aeronáutica.
Partimos de un formato inicial que tuvo su primer hito en 1871, cuando Sarmiento inaugura
el Congreso Agroindustrial, después se consolida a mediados del siglo pasado la industria
automotriz y esos procesos se fueron encadenando hasta llegar a las instancias actuales, donde la incidencia de la ciencia, la tecnología y la innovación nos permiten crecer en Economía del Conocimiento y agregado de valor. Gracias a eso, y a acciones estratégicas de gobierno, como apoyar a la industria del software, es que hoy tenemos un desarrollo productivo muy diversificado en Córdoba”.
-¿Por qué surge la necesidad de una nueva matriz productiva?
-Porque hay que consolidar el proceso de diversificación, de apoyo a los sectores
productivos e innovadores. Hay que pensar en una producción sostenible y sustentable. Por eso miramos la producción a 2030, por la necesidad de pensar en un futuro distinto. En ese camino nos estamos apoyando mucho acercando las propuestas del sector público al sector privado y a los espacios de formación y capacitación. Tomamos como modelo de desarrollo productivo el del País Vasco: ahí hay un diálogo y apoyo del ICDA de la Católica y también de otros espacios.
-¿Qué herramientas concretas se aplican de ese modelo?
-Un aspecto con el que Córdoba está muy familiarizado y tiene muy bien desarrollado, pero
del que se puede seguir creciendo: por un lado, el acercamiento entre el sector público y el
privado, y por el otro potenciando la consolidación de la clusterización de sectores
productivas. Empezamos a trabajar con talleres con el clúster del maní, pero hay otros muy formados, como el tecnológico o el de la salud. Otros que son nuevos y están en camino de formalizarse, como el de la construcción.
-¿Hay espacio para la conformación de nuevos clústeres?
-El objetivo es avanzar en el diagnóstico que nos permite conocer cuál es la matriz
productiva sostenible para Córdoba. En ese camino, hay que consolidar los espacios
existentes, pero hay otros que vamos a tener en cuenta. Esta semana tenemos talleres con el clúster de la maquinaria agrícola, queremos formar un clúster de la lechería, y después todo lo referido a la economía circular, la biomasa, los biocombustibles, la tecnología verde y la biotecnología. Un clúster tiene que tener las condiciones de ser un espacio productivo
dinámico, relevante y competitivo, en función de esos parámetros se definen las políticas de apoyo y acompañamiento.
-¿Con qué políticas puntuales se va a trabajar para la promoción de la Nueva Matriz Productiva?
-Vamos a trabajar de forma permanente en una articulación institucional entre todos los
sectores involucrados. Lo más importante son los espacios de estudio, diagnóstico y
capacitación, pero también apoyo puntual. Por eso estamos promoviendo la exención del
impuesto de Ingresos Brutos para las nuevas inversiones, para las nuevas radicaciones y
para las inversiones productivas sustentables. El esfuerzo fiscal después vuelve en más
inversión. Si el año pasado hicimos exenciones por $ 500 millones, luego vimos que el
sector agroindustrial generó inversiones por $ 2.000 millones. Este año queremos tener
exenciones y apoyo por $ 1.500 millones y creemos que fácilmente eso genera inversiones por más de $ 5.000 millones. Todo tiene que darse en un contexto de políticas afines, lo estamos viendo con la cadena del maní, por ejemplo. Hay que tener un embajador permanente para que Nación interprete que el maní es una economía regional y la trascendencia que tiene cada una de las clusterizaciones. Porque si no, vamos a clusterizar nosotros, vamos a definir un plan estratégico para Córdoba 2030, pero de pronto, la Argentina asume nuevos rumbos o no interpreta los desafíos o no respeta esos desafíos. Si bien Córdoba es casi un país, somos una provincia, necesitamos contemplar ese factor.
-En una palabra, hay que tener un diálogo y una estrategia en común con la Nación.
-Claro, nosotros logramos bajar la retención del maní 5 puntos que significó un alivio de
US$ 50 millones para esa economía y que luego se terminó reinvirtiendo el año pasado en nuevas plantas. Pero nos quedó el maní blancheado dentro de un esquema de retención que no lo hace competitivo. Estamos hablando con la Nación para sacarle esas retenciones para que convenga industrializar el maní. Eso hay que hacerlo. Córdoba es una provincia que genera expectativas y condiciones para que la inversión llegue.