Hace menos de un mes, la confirmación que muchos usuarios temían llegó. En la página oficial que Gi FlyBike tiene en Facebook se subió el mensaje titulado “Gi FlyBike operations”. El comunicado de la empresa repasaba el inicio y objetivos de la compañía, y hacia la mitad del mismo no dejaba dudas al informar que: cerraban sus operaciones, dejarían de producir y vender y cerrarían la app, la web y los servidores. Ese último dato no es menor, ya que la bicicleta eléctrica plegable, se conecta y configura muchas de sus prestaciones y características desde el celular del usuario con un software determinado.
“Es uno de los temas más complicados porque había clientes que tenían bloqueada la bicicleta. Los dueños estaban preocupados por eso, pero se estaba resolviendo con el cambio de los servidores”, contó un ejecutivo que siguió el desarrollo de Gi Flybike.
La historia
El proyecto de Gi FlyBike empezó a gestarse entre 2012 y 2013 de la mano de tres emprendedores cordobeses: Lucas Toledo, Agustín Augustinoy y Eric Sevilla. Ellos mismos destacaron, en las notas que concedieron, que buscaban generar un producto eficiente que contribuyera a una movilidad urbana limpia y sostenible. El disparador fue un paro de colectivos de la UTA, en Córdoba.
Entre 2014 y 2015 llegó el primer paso importante. A través de un Fondo Tecnológico Argentino (Fontar) financiaron el prototipo de su bicicleta eléctrica, que, entre otras características, se plegaba en un segundo, tenía un diseño sumamente atractivo, pesaba sólo 17 kilos, no tenía cadenas, ni engranajes y ofrecía una autonomía de 60 kilómetros.
Los fundadores crearon la sociedad Bignay Inc., comunicaron la apertura de oficinas en Argentina, en Nueva York y en China donde se producirían las bicicletas. Empezaron campañas de crowfunding para captar recursos para producir. Buscaron potenciales clientes a través de las plataformas de fondeo colectivo KickStarter e IndieGoGo. Quienes los apoyaran se podían asegurar una Gi FlyBike por sólo US$ 1.990, cuando el precio de mercado sería de unos US$2.700.
A la vez, consiguieron fondeo de la Provincia, que asistió a través del programa Más Empresa, de la Agencia Innovar y Emprender. Pero sin dudas, uno de los apoyos más importantes se logró a través de una ronda de inversión local creada por la incubadora Incutex. Los inversores de Incutex colocaron US$ 700 mil para apoyar el proyecto de negocio de Gi Fly Bike.
En total, y según cuenta Lucas Toledo en sus redes, Gi FlyBike recaudó US$2,1 millones: una ronda semilla de capital de riesgo aportó US$ 1.95M, además de $ 150K en subvenciones y premios federales. “Superó nuestro objetivo de financiación colectiva en Kickstarter en menos de 5 horas, y vendió la primera ronda de producción en 5 meses (US$ 1,1 M)”, dice el emprendedor. Por ese entonces, Toledo comentaba que la intención era fabricar unas 1.000 bicis cada mes.
Hacia 2016 y 2017 Gi FlyBike estaba en boca de todos, recibió decenas de distinciones y fue considerada como una de las 10 mejores bicicletas del mundo por el sitio Business Insider de Reino Unido. Su CEO, también recibió numerosas premiaciones –Punto a Punto lo distinguió con el premio “La Startup del Año”-, brindaba conferencias y logró conocer a empresarios destacados y líderes políticos. A principios de 2018 el por entonces presidente Mauricio Macri se subió a la Gi Bike, que también estuvo presente en la Cumbre Verde que se realizó en Córdoba.
Pero también desde 2018 comenzaron los problemas. A las demoras en las entregas les siguieron las malas experiencias que comenzaron a comentar los patrocinadores y clientes del proyecto. Un resumen de esos reclamos los recolectó el sitio Autoevolution.com en un artículo que salió el año pasado con el título “Gi FlyBike, la bicicleta eléctrica increíblemente hermosa que resultó ser una estafa”.
El artículo repasa la trayectoria del proyecto y enumera los problemas de algunos patrocinadores y usuarios. Entre otros aspectos se menciona:
-“Hasta el día de hoy (junio de 2020), los patrocinadores australianos nunca recibieron sus bicicletas y / o reembolsos. Los patrocinadores y clientes de otros países que recibieron su pedido se sorprendieron al ver que muchas cosas no coincidían con la descripción: la construcción no era de tan alta calidad como esperaban”.
-“las cosas comenzaron a romperse demasiado pronto. La transmisión por correa que se promocionaba como una alternativa sólida y más elegante a la cadena era del grado más bajo y estaba estirada y rota”.
-“Los radios en las ruedas se rompieron, al igual que el mecanismo de plegado y, lo que es peor, las actualizaciones de la aplicación bloquearon la bicicleta o la bicicleta ya no estaba conectada al teléfono”.
-“Hasta el día de hoy, hay personas que todavía esperan que sus bicicletas sean reparadas o entregadas, o al menos, una parte del dinero que pagaron por ellas”.
La respuesta de Gi FlyBike
Luego de muchos meses sin noticias la empresa posteó un comunicado en Facebook. Allí reconoce que a la hora de empezar a producir se encontraron con más obstáculos de los previstos: “incluido el proceso de recaudación de capital, iteración y mejora del producto y escalado de la producción. Al mismo tiempo, los retrasos en la entrega de la producción de Asia nos estaban retrasando. Nuestros obstáculos se agravaron aún más con las restricciones de las aerolíneas para enviar este tipo de producto por vía aérea. El colmo llegó el año pasado con Covid-19, que puso a nuestra empresa al límite”.
“Debido a las circunstancias antes mencionadas, anunciamos el cese de las operaciones de Gi Flybike. Este no es el final que esperábamos. Infortunadamente, el cierre de operaciones significa que no venderemos más unidades y que cerraremos todos los servicios relacionados con nuestra aplicación, sitios web y servidores. Para que pueda seguir utilizando su Gi Flybike en el futuro, hemos adjuntado instrucciones detalladas a este documento”.
“Aunque es difícil afrontar la realidad actual de Gi Flybike, los últimos cinco años nos demuestran que con sacrificio se pueden cumplir los sueños. Quizás no tengan el final que uno espera, pero nosotros hemos disfrutado el viaje y hemos aprendido de la experiencia. lo más importante, queremos agradecerle su apoyo, confianza y colaboraciones. Nos disculpamos por no estar a la altura del sueño de brindar una solución duradera a las ciudades congestionadas de todo el mundo”.
Al momento de su difusión Gi FlyBike desplegó una potente campaña de marketing en redes y medios tradicionales. Participaron en innumerables eventos, recibieron la atención en cientos de medios nacionales y regionales e incluso globales. Tuvieron espacio en gigantes como HBO, Discovery Channel, CNN, CNBC y Business Insider. Sin pensar en la posibilidad de una estafa, los negocios pueden salir bien o mal, pero la falta de comunicación y respuesta que aún sienten sus clientes es, sin dudas, un daño que los directores de Gi FlyBike tienen que empezar a corregir. Por la propia compañía y por la salud de todo el ecosistema para el que durante tanto tiempo fueron el principal referente.
El proyecto en números
- La bicicleta ofrecía autonomía de 60 km, velocidad de 25 km/h y pesaba sólo 17 kilos.
- Su precio era de US$2.700, pero los compradores que aportaran para su producción la conseguirían a US$2.000.
- Recaudaron más de US$ 2 millones.
- Proyectaban fabricar 1000 bicicletas por mes, en China, para 45 países.
- Produjeron 500, se entregaron 480.
- Su lanzamiento y evolución fue seguido por más de 350 medios en todo el mundo.