Desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa expresaron (CAME) su «preocupación y rechazo» por la posible instalación de una nueva feria informal del estilo de la Salada en Córdoba.
La entidad que agrupa a las pymes a nivel nacional realizó una carta dirigida al Gobernador Juan Schiaretti donde afirma que «por cada feria que se abre son miles de puestos de trabajo formales que se pierden».
«Los complejos informales encubren mafias organizadas que desarrollan un sistema de trabajo esclavo, trata de personas en talleres clandestinos, contrabando, robo y piratería de mercadería, competencia desleal y corrupción», expresó CAME.
Y agregan: «hay que sumarle las pérdidas millonarias que le generan al comercio legal por la competencia desleal y la venta de mercadería de imitación a menor costo, que impacta en mayor empleo informal, menor recaudación impositiva y descontrol sanitario en medio de la pandemia, porque, al ser ferias informales, nadie las controla».
El reclamo de CAME surge tras los dichos emitidos por el coordinador general de La Salada, Jorge Castillo, quien confirmó la intención de instalarse en algún sector de esa autopista. “Hay tres terrenos posibles. Dos en la provincia de Córdoba y uno en la zona de Rosario. Y todos sobre la autopista. Vamos a ver cuál nos conviene y en cuanto lo definamos compramos el terreno y empezamos a instalar una sucursal”, expresó.
Gerardo Díaz Beltrán, titular de CAME, manifestó: «Estamos dilapidando el terrible esfuerzo económico y social realizado en la cuarentena”. Además remarcó que el comercio absorbió los costos de protocolos y el sostenimiento de empleados vulnerables que, desde hace más de un año, no asisten a sus trabajos, “mientras que los gobiernos hacen la vista gorda de los vendedores ilegales y las mafias organizadas”.
«90 mil comercios tuvieron que bajar sus persianas y despedir a sus trabajadores»
Dese de entidad aseguran que «la venta ilegal sigue proliferando, atentando contra el esfuerzo de las pymes con la complicidad de los gobernantes. Desde invasión de manteros y aglomeración de gente comprando en las veredas hasta multitudes de personas ingresando a las saladas y saladitas del país, en plena pandemia, mientras que más de 90 mil comercios tuvieron que bajar sus persianas y despedir a sus trabajadores«.
«Nos cansamos de escuchar de que el principal objetivo de los gobernantes es erradicar la pobreza y la corrupción, pero hacen todo lo contrario, siguen tolerando las mafias organizadas y el trabajo informal«, expresó Díaz Beltrán.
La semana pasada, la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) también expresó su rechazo a la apertura de nuevas ferias denominadas “saladitas”, en todo el territorio nacional. Según la entidad, frente a la posible instalación de nuevas ferias “es importante recordar los efectos adversos que esos establecimientos provocan sobre la actividad económica legalmente establecida”.
Para la CAC, “la instalación y expansión de esas ferias han generado severos perjuicios al comercio local tradicional, constituyendo una forma de competencia desleal –dado el flagrante incumplimiento de obligaciones tributarias, previsionales y de otra índole que registran aquellas– y han afectado también al Estado y a los consumidores, al vulnerar sus derechos y garantías“.