En un nuevo encuentro en formato virtual organizado por Punto a Punto y Perfil Córdoba los suscriptores de la revista y miembros de la Comunidad PaP se sumaron a la disertación que dio el CEO de Editorial Perfil, Jorge Fontevecchia. El fundador de uno de los grupos de medios más grandes del país brindó su análisis sobre el impacto que viene teniendo la pandemia del coronavirus en la sociedad argentina y sus efectos colaterales en la política y la economía. Lo siguieron unos 100 empresarios y ejecutivos que se sumaron a la convocatoria de Punto a Punto vía la plataforma Zoom.
¿Qué acarrea el paso de esta pandemia para nuestra sociedad? ¿Cómo continuamos el día después? Fueron algunos de los interrogantes que se buscó analizar. Aquí, un primer resumen con algunos de los pasajes más destacados de la presentación de Fontevecchia:
-Para analizar los distintos impactos de esta crisis voy a hablar de las diferentes dimensiones que identifico. En ese sentido creo que la dimensión económica es la más grave. Creo yo, que es aún más grave que la sanitaria. No se trata, en este caso, de una crisis como la que atravesamos en 2008 o 2009, que era una crisis financiera y se resolvía imprimiendo dinero. Y esto es porque el dinero no produce dinero, es una promesa de transacciones. Acá tenemos un problema de oferta y de demanda, acá no se producen ni se demandan los bienes, ese es el aspecto central de la gravedad económica”,
-“Se estima que 1,5 mil millones de personas en el mundo perderán sus empleos o verán reducidos sus ingresos de manera permanente. Eso es un aspecto clave, porque la recuperación va a llevar un tiempo. La cuarentena comenzó en el centro de Asia en el primer trimestre, en un país como China que es el primer productor de bienes y que va a llevar un tiempo hasta que recupere su nivel de actividad y productividad. De manera que se está pensando en un semestre afectado y con ello estamos hablando de un impacto que podría a llegar a pensarse en hasta el 50% del producto bruto mundial. Ahora, si pensamos en que hay algunas áreas recuperándose y hay actividades que están funcionando, se podría hablar de una caída del 15% mundial. Eso es algo nunca visto”.
-“Una caída semejante del producto mundial ni siquiera se vio en las guerras. En los conflictos bélicos hubo mucha caída, pero nunca tanta porque aún en las guerras, a pesar de que se produce mucha destrucción de bienes y de personas, la producción no se para. De manera que el nivel de freno que se ve en este momento es algo fuera de registro en toda la humanidad”. “Creo que también Es un desafío para sociólogos y economistas.
-“Obviamente va a haber un rebote posterior, pero inicialmente ninguna de las medidas utilizadas antes por los gobiernos que enfrentaron una crisis previa va a servir para esta crisis. Aun si se tiara plata desde un helicóptero, como en la imagen teórica, no va a tener el efecto necesario porque la producción esta frenada”.
-“Hay también una dimensión política porque el estado de excepción se convierte en norma. El control de los ciudadanos y la aceptación a ceder espacios en la intimidad van a dejar huella en el marco institucional y político en el que nos movemos”.
-“También estamos viendo que la crisis plantea una delegación de poderes, la vemos con la delegación de atribuciones del poder ejecutivo nacional a las jurisdicciones municipales, como vimos ahora con el control de precios. Creo que va a salir fortalecido el poder ejecutivo. Genera una dimensión política totalmente novedosa”.
-“Por otro lado, hay una dimensión jurídica. La palabra ´Estado de sitio´ genera escozor porque está asociada a una represión muy injusta. De todas formas, como lo llamemos, hay una restricción de los derechos individuales. Y a la vez va a haber un rompimiento de los contratos como en 2002. La cantidad de contratos que no se cumplirán y de salarios que no se podrán cumplir generará un estado de calamidad y luego hasta una jurisprudencia particular. Partiendo desde los valores republicanos de la Revolución Francesa hoy nos aferramos a que una persona tiene el derecho individual de hacer todo lo que la ley no prohíbe. Pero ahí surge un debate interesante porque yo puedo ser responsable por los límites de mi cuerpo, pero con este virus que porta el cuerpo del otro y que se convierte en un cuerpo me puede contagiar el cuerpo del otro me puede afectar, por ello pasa a ser un cuerpo social. Todo eso plantea la discusión jurídica sobre donde termina la persona. Son cuestiones filosóficas que van a tener repercusiones jurídicas”.
-“También vemos que hay una dimensión existencial. El sida mató mucha más gente de la que va a matar el covid19, sin embargo, no hubo una reacción así frente a la epidemia del sida. Creo que eso es en parte porque estamos ante una nueva subjetividad de lo que es el valor de la vida. Hoy hay nuevos derechos, uno de ellos es el derecho a la longevidad y los Estados tienen que responder a eso. Los epidemiólogos están diciendo que sin medidas va a haber 40 mil muertes en el país y con estas medidas es probable que no más de 1.000. Hoy estamos aceptando frenar todo para salvar 40 mil personas y esa idea sería inaceptable hace 50 años, sería inaceptable en otro contexto donde sí se aceptaba la idea romántica de hacer revoluciones y de la muerte como plantearon algunos revolucionarios”.
-“Hay una dimensión comunicacional. Estamos viviendo un tema único, cada tanto se da que compartimos un tema único como las Malvinas o la caída de las Torres Gemelas. Pero aquí se da la particularidad de que este tema es mundial y dura mucho más. E implica efectos en la subjetividad de las personas. También opera una suspensión del tiempo. El futuro es tan incierto y el presente tan demandante que consume todo, la vida sin fututo produce una concentración en el presente”.
-“Hay una dimensión ética ¿a quién salvar? En Italia los médicos decidieron dejar los respiradores artificiales a los más jóvenes, que tienen más chances de salvarse. Pero la sociedad, en muchos países, en general, está mostrando más solidaridad con los más grandes. Así vemos que hay más preocupación por salvar 40 mil vidas que condenar a 10 millones de personas a la pobreza, de los cuales 2 millones son niños. Probablemente esto es así porque la decisión de a quien cuidar hoy está en manos de los adultos y hay una proyección de los adultos que deciden, porque se ven como adultos mayores”.
-“Y creo que también hay una dimensión electoral. Hasta hace tres meses se descontaba que Trump fuera reelecto, hoy eso está en riesgo. Es probable que Trump quiera tomar decisiones para torcer esto y una de ellos puede ser el movimiento de su flota al Caribe para una posible invasión a Venezuela. En nuestro subcontinente también vamos a ver efectos electorales en Brasil y Bolivia”.
-“Creo que el gobierno tiene en el coronavirus una herramienta política que le da cohesión, le permite avanzar sobre la grieta y le permite emitir. Pero no sabe cómo salir, porque no se sabe en ninguna parte del mundo”.
-“Vamos a salir de esto con un mundo distinto. Hay gente que tiene una mirada oscura y ve un mundo más totalitario, otros ven una oportunidad en la crisis y ven que esto es una chance para corregir los problemas que la economía venía generando. Las crisis derrumban las convenciones que teníamos. Frente al futuro lo que hay no es ciencia, es fe, todas las ciencias se van a tener que reformular”.
-“Creo que la crisis es tan grande que va a generar un shock de conciencia en toda la sociedad. Frente a una guerra cambian las perspectivas y la percepción de la realidad, cambia la subjetividad de la gente. Hoy estamos hablando de una crisis que tiene el tamaño suficiente como para modificar las ideologías preexistentes. Enfrentamos algo tan novedoso, que me queda la esperanza de estar frente a algo que puede ser partero de un nuevo orden mundial, más justo”.
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