El candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, y su compañera de fórmula Cristina Fernández de Kirchner, ganaron las elecciones presidenciales en primera vuelta con poco más del 47% de los votos, según el escrutinio provisorio.
La dupla Mauricio Macri y Miguel Ángel Pichetto obtuvo poco más del 40% y no les alcanzó para forzar un balotaje, aunque Juntos por el Cambio repuntó un 8% respecto de las PASO, al subir de 8,1 millones de sufragios a 10 millones. El FdT repitió la misma elección.
“Quiero felicitar al presidente electo, hablé con él y lo invité a desayunar a la Casa Rosada para tener una transición ordenada, porque lo principal es llevar tranquilidad a todos los argentinos”, dijo Macri al reconocer la derrota en el búnker del oficialismo en Costa Salguero. “Vamos a seguir trabajando por los argentinos ejerciendo una oposición sana”, prometió desde el escenario.
Los Fernández asumirán un país polarizado, con una economía en crisis. La senadora regresa al poder desde la Vicepresidencia, luego de dos períodos como Jefa de Estado. Alberto logró unificar a diversos sectores de la oposición para alcanzar el triunfo, pero no tendrá mayoría en el Congreso. Ahora, se comienzan a definir los nombres del futuro gabinete nacional.
Los otros candidatos presidenciales tuvieron magras performance y no pudieron romper la polaridad entre los dos principales postulantes. Roberto Lavagna (Consenso Federal) sacó 6,17%; Nicolás Del Caño (FIT) un 2,13%; Juan José Gómez Centurión (NOS) 1,71% y José Luis Espert (Despertar) un 1,47%.
Los votos afirmativos superaron los 23,2 millones. Los blancos, que no son tomados en cuenta en las elecciones generales, sumaron unos 325.000 (1,36%), mientras que los nulos fueron poco más de 200.000 (0,88%), mientras que los recurridos alcanzaron los 26.000 (0,11%).
Una Argentina en crisis económica
Desde el 12 de agosto las reservas brutas cayeron casi más u$s 22.000 millones; el Banco Central desembolsó unos u$s 7.500 millones para intentar controlar al dólar, que el viernes llegó a $ 65; se acumuló una inflación de más del 10% en tres meses (más de 50% anual) y el PBI cayó el 3,5%.
La futura administración también deberá afrontar los compromisos de la deuda, con una inevitable renegociación del acuerdo con el FMI y los acreedores privados. A esta herencia se suman elevados niveles de pobreza e indigencia, una alta tasa de desempleo y una fuerte recesión. Todo un desafío para el ganador de los comicios.