-¿Cuál es la situación del comercio exterior hoy en Argentina?
–Hoy está muy difícil. En las importaciones, claramente, es una carrera de obstáculos en donde el gobierno cada vez que puede va poniendo obstáculos nuevos con mayor complejidad. El último, del Banco Central, está muy bien pensado a los efectos de trabar.
Por otro lado, el tema de las exportaciones también está complejo en relación a cómo afecta a nivel global la cadena global de suministro, la guerra, el Covid, los precios internacionales, etc. Tenemos un panorama sumamente complejo.
Nosotros ya estábamos complicados como país desde antes, pero la pandemia puso de relevancia una complejidad a nivel global muy importantes que afecta a las industrias, países, y suministros de bienes. Lo estamos viendo en cómo está creciendo la inflación a nivel global, como los países desarrollados están viviendo procesos inflacionarios muy grandes. La guerra va a tener un impacto, ya estamos viendo como las materias primas, los insumos, están subiendo de gran manera. Ya hay faltante de acero, aluminio. Y en ese entramado internacional está Argentina.
-¿Cómo está la operatoria para importar?
-Hoy para importar las empresas tiene que gestionar licencias, tienen que disponer de un coeficiente económico financiero estipulado por AFIP, y el BCRA que plantean que si los importadores entran en determinada categoría el BCRA autoriza a pagar al proveedor a 180 días de nacionalización de la carga. Eso es insólito, en el mundo no existe.
-¿Hay una cuestión política de protección a la industria argentina o es para trabar porque no hay divisas para pagar las importaciones?
–En principio la excusa era protección a la industria nacional, pero hoy claramente es por el tema de divisas. Lo preocupante es que venimos de un año récord de exportaciones, histórico, sin embargo no alcanza el dinero para que los importadores puedan trabajar en su día a día.
-Pero está claro que hay un problema de falta de divisas…
Hay un problema de falta de divisas y un problema de libertad. Las empresasmuchas veces tienen el capital y el gobierno no les autoriza a disponer de eso y a pagar los proveedores internacionales. A esta altura de la administración del comercio, que tiene 20/21 años a la fecha, ¿podemos confiar de que esa administración fue eficiente y transparente? Claramente no.
¿Qué sectores son los que más sufren esto?
En este momento, la incertidumbre de cambio de reglas afecta a todos. Hay sectores que históricamente estuvieron complicados (calzado, textiles, juguetes) lo podemos ampliar, podemos ir neumáticos, artículos e electrónica, lo que pasa es que hoy el gobierno impone trabas. Lo que BCRA plantea ahora es que a las empresas que tiene un cupo anual lo tienen que dividir en 12 y mensualmente tienen que ir trayendo una parte proporcional de ese cupo anual. Es ridículo ese planteo.
-¿Puede cambiar el escenario con el flujo de divisas que llega a través del acuerdo con el FMI?
–Yo creo que debería, pero no creo que ocurra. Hay una dinámica mucho más compleja que todavía no termina de impactar acá.
-Más allá de los imponderables que no se pueden manejar ¿es más probable que tengamos más regulaciones o que se vayan desmantelando?
–Si técnicamente analizamos la situación, cada medida distorsiva que tomó el gobierno no fue corregida. Viéndolo optimistamente, creo que las empresas se tienen que acostumbrar a gestionar. Hoy una operatoria es compleja y para llevar adelante una operación se va a tener que acostumbrar a que ya no hay cosas en automático. Debería ayudar el rembolso a que haya más dólares y eso debería favorecer la importación pero, sinceramente, pienso que eso no va a ocurrir. Nos tenemos que acostumbrar a gestionar siempre las operaciones en un contexto complejo.