En la búsqueda de buscar incentivos para la importación y un desincentivo a la exportación, el Gobierno instrumenta una política de intervenciones en mercados individuales, tales como el “dólar soja” de septiembre o el “dólar tecno” (el régimen especial para las empresas exportadoras de la economía del conocimiento). Estas medidas buscan generar incentivos de corto plazo para la exportación, con el fin de dinamizar el ingreso de divisas y acumular reservas.
En las últimas semanas creció el debate sobre la demanda de dólares relacionada al consumo, pasajes aéreos, gastos efectuados en el exterior y compras con tarjeta de bienes y servicios ofrecidos por no residentes. Todos usan dólares oficiales, es decir, provenientes del BCRA.
Por la cercanía del Mundial de Qatar, comenzó a hablarse de un “dólar Qatar” en relación a un nuevo tipo de cambio efectivo diferencial. Ayer se confirmó que los consumos en moneda extranjera con tarjeta de crédito y débito en pasajes y paquetes turísticos que superen los US$ 300 al mes pagarán una percepción extra del 25% de concepto de adelanto del impuesto a los Bienes Personales.
El Gráfico 1, confeccionado por el Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la Bolsa de Comercio de Córdoba, muestra la demanda de dólares por los conceptos de Viajes y otros gastos con tarjeta más los correspondientes al Transporte de pasajeros desde el 2003. La demanda de dólares asociada a estos conceptos tiene claramente un comportamiento estacional y, también, muestra una modificación en los últimos 20 años respecto al aumento del consumo de servicios del exterior y turismo.
Los números transparentan que la demanda de dólares por salidas al exterior está empujada por el atraso cambiario. Incluso mostró sensibilidad a los cepos, especialmente a los de 2014/2015 y el instrumentado post PASO 2019, año en el que también se creó el impuesto PAIS.
En 2020 y 2021 hubo un quiebre por la pandemia del COVID-19 y las restricciones que afectaron al turismo internacional.
No hay evidencia estadística, sin embargo, para sostener que el Mundial de Qatar tenga un efecto determinante sobre el balance cambiario argentino: tomando las Copas Mundiales de fútbol desde 2006 en adelante, los periodos previos al comienzo de las competencias no muestran una dinámica especial.
El Gráfico 2 ilustra la importancia relativa de viajes y turismo, cotejándola con la demanda de dólares para la importación de bienes por parte de la industria. Este segmento bajó del 20% de la demanda total de dólares en 2003 a un promedio del 10% en los años previos al 2020. Aunque en los últimos dos años y medio aumentó, no se explica por una mayor demanda sectorial, sino por la caída de los otros demandantes, como turismo, viajes y gasto con tarjetas, pero también por la baja de motivos como la formación de activos externos, en el contexto del endurecimiento del cepo.
Argentina en el Mundial
La recuperación de la demanda de dólares, en particular la destinada a gastos en el extranjero y viajes, se vincula con la pandemia y el atraso cambiario.
Aún con los impuestos sobre el dólar oficial, algunos consumidores siguen percibiendo que el precio de la divisa es relativamente bajo, sobre todo frente al valor que podría tener si hay una corrección al alza del tipo de cambio. Esa sería la visión que alienta una mayor utilización, aunque su importancia relativa sigue siendo acotada frente al resto de destinos de los dólares que ingresan al país y pasan por el BCRA.
Una política en dirección a la eliminación de las distorsiones cambiarias en los diferentes mercados apuntaría a incrementar las exportaciones de manera sostenida y, en ese contexto, permitir a los productores y consumidores locales acceder a los bienes y servicios, domésticos o importados, que juzguen necesarios o más deseables.
Por el contrario, mayores trabas y distorsiones generan la expectativa de una corrección a futuro que achicará el flujo de divisas tanto salientes como entrantes, lo que va en contra de una mayor integración de nuestro país a las cadenas de valor de la economía mundial. Por vía de este mayor aislamiento, Argentina se irá quedando afuera del “mundial económico”. Nada tiene que ver en esto el Mundial de Qatar.