“Los escuchaba hablar a todos de hacer algo distinto y conformar una fuerza para demostrar que no somos lo mismo. Pero recién Rodrigo (De Loredo) dijo un hecho lamentable en la Legislatura (por apuestas online) y en el Congreso también hubo hechos lamentables… por lo tanto, vamos a demostrar que somos distintos cuando
seamos responsables y asumamos el compromiso que tenemos”.
La alocución de casi tres minutos de la diputada del PRO, Adriana Ruarte, en la presentación de la Mesa Provincial de Juntos por el Cambio sirve para pintar algo del panorama de lo que se vio el pasado lunes en horas de la mañana en el Holiday Inn.
Ruarte, quien responde de manera directa a su compañera de bloque, la macrista Soher El Sukaría, recogió el guante tras los dichos de De Loredo por apuestas online en la Unicameral, proyecto que el PRO impulsó con sus cuatro legisladores (más el radical Orlando Arduh) y devolvió con la carta Bienes Personales y el viaje de la diputada radical Gabriela Brouwer de Koning, imposibilitando reunir los votos para discutir un
proyecto que le iba a marcar la cancha al Frente de Todos.
El dato no menor es que la diputada riotercerense es parte del bloque Evolución Radical que conduce De Loredo en la Cámara baja y tienen la misma terminal en despachos porteños: el senador Martín Lousteau y el histórico operador radical, Enrique ‘Coti’ Nosiglia.
Así, con estos términos se dio la primera reunión entre varios que volvían a verse las caras, como el diputado Gustavo Santos (PRO) y el senador Luis Juez, quienes se evitaron durante casi toda la reunión; o como la reaparición del exministro de Macri, Oscar Aguad, quien tiró en medio de la reunión que “hay sectores en esta mesa que están trabajando para (Juan) Schiaretti”, ocasionando varias miradas de reojo entre los
presentes.
La división radical
El centenario partido intentó limar asperezas el fin de semana con el arribo del presidente de la UCR Nacional, el jujeño Gerardo Morales, y trasladaron parte de esas intenciones al encuentro con sus socios. Se sabe que, de los socios, los radicales son los que quieren definir candidatos en interna abierta y medir fuerzas con el PRO y el
juecismo. Algo a lo que, principalmente el propio Juez, se opone. ¿Por qué? Duda de la incidencia que podría tener el peronismo.
Asimismo, el otro tema que se viene discutiendo en el radicalismo desde hace unos días es el rol que tendrá De Loredo, muy hermético en cuanto a su futuro 2023. En una de las últimas conversaciones en buenos términos que tuvieron Morales y Lousteau, el senador pidió que el joven cordobés conduzca el interbloque de Juntos en Diputados, rol que aún sigue vacante y que hasta el año pasado lo tenía a Mario Negri con ese control.
La respuesta de Morales vino por la negativa que impone a ese deseo de Lousteau la propia Elisa Carrió, aún cuando el propio Negri no se desespera por retomar el control de ese joystick.
Cuentan radicales que viajan seguido a Buenos Aires que, ante la negativa de Morales, el senador de cabello enrulado subió la vara: “Entonces bendecilo como el candidato a gobernador de la UCR en Córdoba”, movida que rápidamente generó la inquietud del resto de los radicales. Sobre todo de aquellos que ven el vínculo de De Loredo con Juez.
A Morales la idea no le disgustó porque sabe que en su propio proyecto nacional 2023 tiene que plantar un candidato de su partido en todas las provincias.
Fiebre amarilla
El PRO también vive su propia interna. Y el faltazo del legislador Darío Capitani al encuentro del pasado lunes lo dejó en evidencia. No son pocas las diferencias que mantiene con miembros de su espacio, sino también con otros integrantes de peso en la coalición.
De hecho, su presencia lo hubiese obligado a verse cara a cara con Juez, después de sostener de manera reiterada que lo va a demandar penalmente por los dichos del senador en pleno debate del juego online en la Unicameral.
Por lo bajo, los macristas acusan al sector de Laura Rodríguez Machado de entregarle el partido a Juez; y los que tienen buena sintonía con la diputada tildan a sus pares de trabajar para el peronismo de Córdoba.
Evitando así las chances de encolumnar al partido detrás de una figura y repitiendo el esquema de roces -de otro calibre y con otro caudal en imagen e intención de voto, claro- de las figuras nacionales del PRO: Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich.
Por ahora, la mesa está servida. Lo que no se sabe es hasta cuándo.