Por Eduardo Bocco. La elección de gobernador del 25 de junio se presume cerrada y por lo tanto cualquier elemento puede jugar a favor o en contra de los principales candidatos. Tanto Martín Llaryora del justicialismo como Luis Juez (Juntos por el Cambio) apelan a definir las elecciones “por detalles”, como se dice en lenguaje futbolero.
Los contextos son importantes y por eso unos y otros siguen con marcada expectativa los conflictos sindicales como el de los docentes, por el fuerte impacto que tiene en las familias, por citar un ejemplo.
La conciliación obligatoria y el aviso que dice que no se sacarán los descuentos por las horas no trabajadas durante los paros son las herramientas que desplegó en las últimas horas la administración provincial. De otro lado, los juecistas y los radicales redoblan la apuesta e imaginan nuevas malas noticias para la administración del gobernador Juan Schiaretti, anhelando que le den de lleno a Llaryora.
Sin embargo, hay otros elementos a tener en cuenta porque serán fundamentales y de los que prácticamente no se habla: el valor de los terceros y cuartos candidatos, que pueden recibir un caudal de votos clave, porque pueden torcer el resultado final.
A quién le quitarán votos Federico Alesandri (del Frente de Todos) y Aurelio García Elorrio (Encuentro Vecinal) es el gran punto a dirimir por estas horas.
Alesandri, actual intendente de Embalse, viene del peronismo delasotista pero se arrimó al albertismo. ¿Los votos que consiga serán del peronismo o habrá que buscarlos también en otros espacios políticos?
Su candidatura es impulsada por dos dirigentes históricos del justicialismo cordobés, como Carlos Caserio y Olga Riutort, la última precandidata a intendente de Córdoba que jugó un papel clave para el schiarettismo-llaryorismo presentando un proyecto, luego sancionado, para evitar las dobles candidaturas en un mismo proceso electoral. Eso fue un misil para trabar a Rodrigo de Loredo, quien aspiraba a ser candidato a vicegobernador primero y a intendente de Córdoba después.
Las encuestas le vaticinan un 6/7% de los sufragios que pueden cotizar a valor oro a la hora del conteo de los votos.
Otro tanto pasa con García Elorrio, que tiene prestigio social y seguidores en casi todos los sectores sociales, más allá de su formación cristiana y de su militancia en la Iglesia Católica.
¿Los votos de Elorrio vienen de Juntos por el Cambio o trascienden a la principal alianza opositora? Otro de los misterios, aunque a priori habría que decir que la especulación lógica lleva a inferir que son sufragios con base radical o en todo caso del juecista Frente Cívico.
A Elorrio se le atribuyen entre 4% y 5% de intención de voto, que obviamente no son para nada despreciables.
En los dos candidatos alternativos suman entonces alrededor del 10% de los votos, una cifra que seguramente podría torcer un resultado electoral o modificarlo drásticamente.
Por estas horas, Encuentro Vecinal está cerrando un acuerdo con Juntos por el Cambio en la ciudad de La Calera, donde tiembla la dinastía Rufeil. Si ese supuesto acuerdo luego puede ampliarse a toda la provincia es por ahora otra especulación. Es lo que quiere el radicalismo y por lo que García Elorrio sopesa y escucha opciones. Entre ellas la de su socio político Juan Pablo Quinteros, ex compañero de ruta de Juez, a quien no lo entusiasma volver a formar parte del equipo del senador nacional.