El gobierno británico anunció hoy que el Reino Unido pretende mantener una «unión aduanera temporal» con la Unión Europea tras el Brexit, para favorecer una transición suave en el intercambio de mercancías entre las partes.
El anuncio adelanta el contenido de un informe más detallado elaborado por el Ministerio para el Brexit, que será publicado próximamente y que fue bien recibida por el empresariado del reino.
De este modo, según el Times de Londres, vence en la puja interna del gobierno la posición del ministro de Finanzas, Philip Hammond, frente a quienes pretendían una ruptura sin atenuantes, conocida como «Brexit duro».
«Estar fuera y dentro de la unión aduanera y tener fronteras invisibles es una fantasía», ha dicho el líder de la Alianza de Liberales y Demócratas para Europa (ALDE) en su cuenta oficial de Twitter. Verhofstadt ha insistido en que, antes de abordar los detalles de la futura relación entre las partes, «primero se deben garantizar los derechos de los ciudadanos (de la UE en Reino Unido) y un acuerdo económico».
Londres comienza esta semana a fijar su posición en temas sensibles de cara a la tercera ronda de negociaciones sobre el Brexit, prevista para finales de agosto. El Ministerio para la Salida de la Unión Europea (DExEU, por sus siglas en inglés) emitirá tres documentos sobre asuntos relacionados con la región británica de Irlanda del Norte e Irlanda, con «la continuidad en la disponibilidad de bienes para la UE y para Reino Unido» y con «la confidencialidad y el acceso a los documentos oficiales» tras el Brexit.
La primera ministra británica, Theresa May, ya avanzó en enero su intención de abandonar la unión aduanera comunitaria, un club que asegura los intercambios sin aranceles entre ambos lados del canal de la Mancha, pero impide a Londres negociar sus propios acuerdos comerciales con terceros países. El plan del Reino Unido a ese respecto es acordar un «periodo transitorio» de «asociación cercana», en el que el intercambio de bienes sea «lo más libre y sin fricciones posible» y que le permita al mismo tiempo «negociar nuevas y audaces relaciones comerciales en todo el mundo». Según un comunicado del Ministerio del Brexit, este periodo transitorio otorgará tiempo tanto al Reino Unido como a la Unión Europea (UE) para terminar de diseñar una futura relación comercial «lo más fluida posible para los importadores y exportadores».
Tras las dos primeras rondas de diálogo, el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, advirtió en julio a Reino Unido de que no se comenzará a negociar la relación comercial «posbrexit» antes de que se hayan aclarado los futuros derechos de los ciudadanos británicos y comunitarios, la naturaleza de la frontera irlandesa y la factura de salida que debe abonar Londres. El portavoz oficial de May esgrimió sin embargo que «muchas de las cuestiones sobre la salida (de la UE) solo se pueden establecer a la luz de nuestra futura relación».