El número dos de la jerarquía institucional de Brasil, el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, desafió hoy la autoridad del mandatario Michel Temer al negarse a modificar aspectos polémicos de la reforma laboral.
Maia, del conservador partido Demócrata, aliado de Temer, desconoció la autoridad del presidente, que había acordado con diputados y senadores aliviar algunos aspectos polémicos de la reforma laboral mediante un decreto provisorio que debía aprobar el Congreso en forma automática.
La reforma será promulgada mañana por el presidente Temer y será enviado un decreto con las correcciones, dijo un portavoz del Ministerio de Trabajo.
«Queremos reformar todo Brasil. Basta de mentiras. El Congreso debe liderar la agenda, la reforma laboral fue el primer paso. La Cámara de Diputados va a liderar los cambios en el país», dijo Maia.
Una sesión escandalosa
La votación fue de 50 a 26 y 1 abstención, en una victoria que le da un respiro a Temer, quien antes de la sesión había dicho que «en un año el país avanzó más que en los últimos 20».
La reforma deberá ser promulgada por el mandatario, quien obtuvo durante todo su año de gobierno el impulso de la Federación de las Industrias del Estado de San Pablo (FIESP) para la reforma de las leyes laborales, que datan de la época del presidente Getulio Vargas.La sesión fue escandalosa debido a que la mesa directora del Senado fue ocupada por cinco senadoras opositoras que obligaron a la suspensión por seis horas de los trabajos, en un reclamo por un artículo de la ley que flexibiliza el control del lugar de trabajo insalubre para las mujeres embarazadas y lactantes. El presidente del Senado, el oficialista Eunicio Oliveira, les cortó el micrófono y apagó la luz del recinto.
“Lo que aquí ocurrió es la destrucción del Estado social brasileño. El gobierno no festejó la votación, porque les da vergüenza. Para eso dieron el golpe y derrocaron a Dilma Rousseff”, dijo el jefe del bloque del opositor Partido de los Trabajadores, Lindbergh Farias.La nueva ley será promulgada por Temer, quien anticipó que vetará algunos artículos. Varios sindicatos afines al gobierno prometieron apoyo a Temer a cambio de que el vete el fin del impuesto sindical obligatorio en los recibos de sueldo.