El Gobierno nacional presentó este lunes un proyecto de ley que remitirá al Congreso para gravar la renta inesperada de aquellas empresas que registren ganancias extraordinarias derivadas del impacto global de la guerra en Ucrania y con el objetivo de «evitar una redistribución regresiva de los ingresos y que sea el Estado el que los reasigne».
En la presentación del proyecto, que se realizó por la tarde en el Museo del Bicentenario de la Casa de de Gobierno, el presidente Alberto Fernández, en un acto que compartió con el ministro de Economía, Martín Guzmán, afirmó que «cuando algunos ganan mucho y millones se empobrecen, eso no es una sociedad, se parece mas a una estafa», al asegurar que su administración pretende con esto «equilibrar lo que se ha desequilibrado».
El proyecto de ley prevé la creación de una sobre-alícuota del 15% del Impuesto a las Ganancias de Sociedades de Capital aplicable al ejercicio fiscal 2022 para empresas que registren una Ganancia Neta Imponible o Ganancia Contable superior a $1.000 millones.
Reacción empresaria. El proyecto de un nuevo impuesto fue muy mal recibido por la mayoría de los sectores productivos de Córdoba. El llamado «círculo rojo» se manifestó desde distintos espacios.
Con una carta titulada «No más impuestos: que el Estado haga su propio esfuerzo» la Mesa de la Producción, donde tienen representación las principales centrales empresarias, expresó lo inoportuno del nuevo tributo:
«Una vez más el Ejecutivo nacional retoma la iniciativa de imposición de un nuevo gravamen a la producción, esta vez llamado a la “renta inesperada”. Podemos enumerar el sinfín de argumentos técnicos, de por qué se trataría de una doble imposición, de su inconstitucionalidad, etc. También podríamos cuestionar su racionalidad, poniéndolo en línea con la cantidad de tributos, entrecruzados, que restan competitividad, que exportan
costos, que retraen la actividad económica, que hacen huir a quienes quieren invertir, que restan previsibilidad.
También se podrían enumerar los desincentivos que provoca para el sector productivo, los generadores de ingresos genuinos y empleos. Todo eso ya entró en la discusión. Lo que no podemos admitir es la discusión de ningún otro tributo, el esfuerzo ya está siendo hecho por la sociedad en su conjunto, incluido el sector privado.
No hay margen para nuevos tributos. El Estado debe controlar sus gastos y eficientizarlo para lograr que el país sea competitivo».
Por su parte, la Bolsa de Comercio de Córdoba destacó que se trata de otro impuesto “temporal” que genera desconfianza y perjudica al sector productivo. «El proyecto de ley que presentó el Gobierno nacional va en contra de la necesidad de una reforma tributaria integral que alivie a los contribuyentes, en lugar de aumentar la presión fiscal», señalaron.