Por Eduardo Bocco. Por los ingredientes que se están sumando, la que viene parecería ser la campaña electoral más bizarra que se conozca en la ciudad de Córdoba. El proceso comenzó con jugadas desafiantes de Hacemos por Córdoba, como la prohibición a las candidaturas simultáneas (un traje a medida contra Rodrigo de Loredo) o el proyecto de las rinoscopias (no se entiende bien el propósito del oficialismo en este punto). Se trata de movimientos audaces en los inicios de esta etapa.
La respuesta no se demoró, más bien todo lo contrario. Primero, en Juntos por el Cambio no dijeron nada sobre el proyecto Riutort de evitar las dobles candidaturas, más allá de algunas voces críticas el día de la sanción de la iniciativa.
Ahora, algunos referentes de la coalición opositora analizan presentar un proyecto que aparentemente tiene uno o varios destinatarios anónimos: voceros partidarios afirman que sería bueno que, junto al pedido de la rinoscopia a candidatos, se haga uno similar en el que se soliciten los antecedentes por pedofilia.
El proyecto sería presentado en el ámbito del Concejo Deliberante, para tener aplicación en las elecciones municipales.
“Como el tema de la pedofilia y el abuso a menores ha quedado tan expuesto en los últimos tiempos, se podría exigir que cada candidato presente sus antecedentes para ver si registra antecedentes sobre algunos de estos delitos aberrantes contra menores”, manifestó un dirigente que ocupa lugares de privilegio en la mesa de las decisiones de Juntos por el Cambio.
Lo cierto es que, detrás de bambalinas, el proyecto de practicar rinoscopia a candidatos enojó mucho a casi todos los partidos que integran a alianza opositora y de allí la pronta respuesta que seguramente profundizará la polémica a lo largo de una campaña que suma tensión.
