Preocupación por la variación permanente de precios, la falta de insumos y el humor social general que dificulta la venta de proyectos a mediano plazo. Ese es el balance que hace Pablo Balian, presidente de la Cámara Empresarial de Desarrollistas Urbanos de Córdoba (Ceduc), sobre los primeros cinco meses del 2022.
Sin embargo, para este año, las proyecciones apuntan a mantener y mejorar los niveles del 2021: “por lo que venimos viendo, creo que la mejor expectativa es repetir la performance del año pasado, con la esperanza de que los niveles vayan para arriba”, comenta.
En diálogo con Punto a Punto, Balian abordó la relación del sector desarrollista con la gestión Schiaretti, los reclamos para mejorar la competitividad y la polémica con los créditos UVA.
-¿Qué rol juega hoy la Provincia con el sector?
-A lo largo del 2020, 2021 y lo que va del 2022 hicimos un muy buen trabajo con el Estado provincial. Fue positivo desde el punto de vista que logramos gestionar el acuerdo con Epec -para gestionar la devolución de la inversión privada de los desarrollistas en obras eléctricas- o el apoyo del Ministerio de Finanzas a través de beneficios impositivos para el sector. No podemos dejar de resaltar el trabajo que se hizo junto al Ministerio de Industria con la creación del Clúster de la Construcción, hubo un compromiso muy grande de todo el gabinete que dirige Eduardo Accastello.
-¿Hacen un balance positivo desde el lanzamiento del Clúster?
-Es muy positivo, se está trabajando bien. Estamos terminando el primer concurso que realizó el Clúster con la vivienda urbana social y sustentable, además estamos trabajando con los gremios para facilitar la dinámica de la incorporación de empleados de bolsas de trabajo.
-Hace unas semanas solicitaron a Nación una serie de medidas para potenciar el sector…
-No tuvimos respuestas formales o citaciones para conversar del tema. Los dictámenes que hay actualmente, como el de la Ley de alquileres, no son positivos, son los mismos que nos llevaron a la situación actual.
-¿Toman el silencio como una respuesta en sí misma?
-La última pieza que se pierde es la vocación de diálogo, nosotros estamos dispuestos a escuchar y llevar propuestas. No es lo que percibimos del otro lado pero somos un sector que nunca cerramos la puerta al diálogo.
-¿Qué necesita hoy el sector para ser más competitivo?
-Necesita lo que necesita el país en general. Primero, controlar la inflación que es algo que nos complica a todos y no nos permite desarrollar nuestra actividad. Segundo, es el hecho de que la gente tenga tranquilidad sobre la evolución de impuestos y la situación tributaria que es lo que influye en la vocación de destinar ahorros a los ladrillos.
-Los inversores…
-Hoy los inversores con el objetivo de renta prácticamente están retirados del mercado, eso se siente. Es un sector que dinamiza mucho nuestra actividad.
-¿El ladrillo sigue siendo un refugio para los ahorros?
-El inmueble es la forma más segura de invertir hoy los excedentes, el tema es la rentabilidad que tiene esa inversión. Hoy los índices de seguridad son altos pero los niveles de rentabilidad son bajos como consecuencia de la dificultad en el mercado de alquileres o la dificultad para acceder a créditos pero el inmueble sigue siendo un refugio de valor y seguridad. Hoy tener los dólares bajo el colchón tiene un rendimiento negativo.
-¿Qué pasó con los precios?
-Los precios hoy están contenidos. La variación está condicionada por la inflación, no por la comercialización.
Créditos UVA, capítulo aparte
Cinco años después de haber sido lanzados, los préstamos hipotecarios en UVA, que se ajustan por inflación, siguen generando polémica. Este instrumento financiero buscó darle dinamismo a un mercado inmobiliario, ahora la Cámara de Diputados quiere dar un tratamiento especial a los deudores UVA por el aumento de las cuotas.
“El crédito UVA es una herramienta positiva para quien compra un inmueble porque ese patrimonio va incrementando su valor en forma sostenida”, define Balian, mientras asegura que “las tasas de los préstamos crecieron a la par de los alquileres” pero con una ventaja importante: “si te vas de la casa que alquilaste, todo lo que pagaste vale cero, En cambio, si vendes un inmuebles que pagaste con el crédito UVA recuperas capital, más allá del incremento de la cuota”.
“Hay una realidad que tenemos que aprender, los créditos no se licuan. Tienen que mantener el costo y el recupero tanto del valor del dinero del que los prestan como del capital que uno adquiere. Más allá del contexto inflacionario, cualquier crédito es complicado”, considera.
Frente a este escenario, el empresario realiza una comparación entre los créditos UVA y los planes para adquirir un vehículo 0km:
“La gente que compra un auto a través de un plan de pago abona cuotas del valor de un 0km todos los meses. Si vos sacas el auto en la cuota N°6, automáticamente cuando sale de la concesionaria vale el 20% menos y todos los años va a perder un 10% del valor pese a que vos vas a seguir pagando la cuota de un 0km. En cambio, cuando sacas un crédito UVA, la propiedad aumenta el valor todo el tiempo, tu capital no pierde valor sino que
incrementa”, analiza.
Y agrega: “Yo veo que el UVA tiene, básicamente, un problema más político que técnico. Hay que tomar conciencia de que al crédito hay que pagarlo. Cuando uno toma un crédito, hay momentos en los que se tiene que hacer sacrificios para pagar la cuota y hay otros momentos que resulta más sencillo”.
“La gente hoy compra más autoplanes que casas con créditos UVA. Una casa es un bien durable y va a valer más que cuando la compraste, mientras que el auto, cuando pagues la última cuota, no vale ni el juego de gomas. Las inversiones de bienes de capital durables, como un inmueble, son el mejor esquema para salvaguardar el dinero”, finaliza.