Hubo nuevos enojos con la campaña de Unión por Córdoba. Ya se habían insinuado críticas hacia los ejes iniciales del mensaje. Y al parecer se corrigieron. Pero no es por cuestiones de contenido que estallaron los reproches en una reunión mantenida el sábado pasado por el comando ampliado, con dirigentes y candidatos territoriales del interior.
Los pases de factura tuvieron como centro al propio Martín Llaryora. Básicamente se cuestionó la logística: no hay afiches, las pegatinas contratadas no se hicieron y los candidatos de cada región no tienen material que los referencien y ayuden a traccionar, fueron algunas de las numerosas quejas que se plantearon.
Aparentemente, la logística de campaña no está coordinada de la mejor manera y se llega al punto que cada uno se las arregla como puede en los territorios no bendecidos.
El dato para destacar es que los planteos no venían de dirigentes de «segunda línea». Hasta el propio Presidente Alterno de la Legislatura, Oscar González se quejó amargamente de la falta de atención al interior provincial.
«Parece que la elección es en Capital y en el Gran Córdoba. Pero a los votos los traemos nosotros del interior», aseguraba una dirigente joven y con mal carácter del norte provincial, que ejemplificó la desorientación, como argumento en favor de los candidatos, una placa de power point en la que se explicaba y fundamentaba que la mejor defensa para la provincia fue patrimonio de los gobiernos encabezados por Juan Schiaretti y «Juan» Manuel de la Sota. «Por favor avísenle al que escribe estos materiales que De la Sota se llama «José Manuel», reprochaba la dirigente de pocas pulgas.
Llaryora trató de contener, escuchar y prometió soluciones para todos. Otro dirigente, con aplomo y mucha experiencia salió al paso y fundamentó que la campaña de medios y comunicación representa un pequeño porcentaje en el éxito. «Hagamos política con la gente. Así ganamos», sentenció.