Mario Negri garantizó su continuidad como jefe del bloque de diputados de la UCR, al recolectar la firma de 31 de los 41 miembros que tendrá esa fuerza en la Cámara baja desde el 10 de diciembre. Ahora, intentará seguir como jefe del interbloque con la ayuda de Elisa Carrió, que con su decena de subordinados puede torcer la balanza a su favor ante una avanzada del PRO, por ahora sin señales a la vista.
La diputada electa ya dio el primer paso: le acercó a Emilio Monzó una nota pidiendo que el interbloque lo conduzca uno de los jefes de sus bloques, o sea, Negri o Nicolás Massot, que de no mediar sorpresas seguiría conduciendo al PRO y nadie lo imagina en una mano a mano final con su coterráneo.
Sí querían correr Negri del bloque UCR los dos grandes derrotados de la noche: Ernesto Sanz y Gerardo Morales, cuyos diputados afines no firmaron el documento que el jefe les acercó temprano, en una primera reunión que lideró en el edificio anexo de Diputados.
El más interesado en impedirlo fue el tucumano José Cano, promovido por Morales para sucederlo; y el santafesino Hugo Marcucci, ladero de José Manuel Corral, jefe del comité de la UCR, según destaca LPO.
No habían firmado los bonaerenses Karina Banfi y Fabio Quetglas, cercanos a Sanz, pero cuando vieron que la suerte estaba echada avisaron que no tenían problemas mantener a Negri de patrón. Menos quiso meterse en problemas Ramón Mestre intendente de Córdoba y rival de Negri en la interna cordobesa. Tres de sus cuatro diputados lo avalaron.
No aparecieron entre los firmantes los tres mendocinos electos en octubre: Claudia Najul, Federico Zamarbide y Luis Petri, otro de los promovidos como autoridad. El gobernador Alfredo Cornejo confiaba en él pero se quedó con las ganas. Y vio cómo sus colegas no intervenía a excepción de Morales, que ante la inesperada avanzar de Negri pidió estirar la definición para el jueves. No lo logró.
Derrotado, deberá conformarse con pelear la vicepresidencia de la Cámara para su protegida Gabriela Burgos. Sanz anotó a su coterráneo Luis Borsani, quien, muy hábil, se alió a Negri.