Desde marzo, Sebastián Piñera volverá a la Presidencia de Chile luego de cuatro años de abandonar su sillón en el Palacio de la Moneda. Es que el candidato de la agrupación de centro derecha Chile Vamos venció en el ballotage al candidato oficialista de la coalición de centro izquierda Nueva Mayoría Alejandro Guillier, por el 54,57% contra el 45,43% de su contendiente, según se conoció mediante un rápido escrutinio.
En ese sentido, el oficialista Guillier reconoció que su rival obtuvo «un impecable y macizo triunfo», ya que con el 96,31% de las mesas escrutadas, Piñera alcanzaba el 54,57% de los votos y Guiller llegaba al 45,43%. De esta manera, el próximo 10 de marzo, Michelle Bachelet le traspasará el mando al mismo presidente de quien lo recibió en 2014 y al mismo al que se lo entregó en 2010, pues ambos se han alternado en el poder los últimos 12 años.
«Quiero felicitar a mi contendor Sebastián Piñera, a quien ya llamé para felicitar por su impecable y macizo triunfo», dijo Guillier en su centro de campaña, una hora y cuarenta minutos después de cerrados los comicios. En su discurso, también reconoció que sufrió una «dura derrota electoral» pero se comprometió a seguir trabajando «por la unidad y la renovación del progresismo» en el país trasandino.
Por otro lado, Piñera se abre a un período de transición y de organización para tomar las riendas del país el próximo 11 de marzo, ya que deberá convertir su programa de gobierno en una realidad y revertir la desconfianza que gran parte de los chilenos manifiestan hacia los políticos. Incluso, tendrá que enfrentarse con un Parlamento dividido en tres grandes bloques, integrados, a su vez, por más de una decena de partidos, lo que, según algunos analistas será una “hazaña” para el futuro Ejecutivo.
Es que el futuro mandatario, que ha prometido recuperar el crecimiento económico del país, se encontrará con una fuerte oposición tanto desde la izquierda como desde la derecha más conservadora, para lograr emprender reformas o aprobar leyes centrales para el país. En este marco, Piñera va a tener que negociar en el Parlamento con la centroizquierda, sobre todo si se tiene en cuenta que en Chile, para aprobar leyes clave sobre el destino de los recursos económicos, hacen falta mayorías calificadas, o “supermayorías”.