“Con un proceso inflacionario acentuado sin un horizonte claro de que vaya a ceder, es ‘difícil’ que el sistema funcione de manera conveniente para el tomador de un préstamo”, disparó José Simonella, presidente del Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE).
Y es que en un reciente informe los economistas del CPCE alertaron sobre el riesgo de los préstamos actualizados por UVA que vienen en crecimiento en los últimos meses.
“Por la relación cuota/ingreso impulsa a tomarlos, pero el riesgo es mayor que el del resto de las líneas. Por ejemplo, su costo está por encima de la evolución del dólar”, precisó Simonella.
Un análisis de los préstamos al sector privado, los destinados a la producción siguieron perdiendo terreno frente a los destinados al consumo.
Hoy representan el 35,9% frente al 49,1% de los que van a consumo; 8,1% de hipotecarios (incluye a todos los que tienen como garantía una propiedad) y 6,9% de prendarios; todas las categorías menos la primera crecieron en 2016 y este año cuando todavía faltan tres meses para cerrar el ciclo.
En ese marco, las líneas hipotecarias actualizadas por UVA representaron el 0,71% en 2016 y hasta setiembre de este año son el 11,4%.
Los datos se desprenden de un estudio de los economistas del CPCE, que también plantea que en los años de proceso inflacionario más acentuado la toma de préstamos cae y se recupera cuando los precios tienden a estabilizarse.
José Simonella, presidente del Consejo, apuntó que también en períodos electorales sube la cantidad de créditos al consumo.
De los hipotecarios –que representan algo menos del 10% del total- dos tercios de los tomadores son personas físicas, lo que implica que se achicó la brecha que existía hace unos años.
Entre 2015 y este año la participación de personas físicas en hipotecarios creció tres puntos porcentuales, alcanzando hoy el 62,5%. Por destino, el 85% se destina a compra, 12% a construcción y 2,89% a refacción.
El reporte señala que las líneas actualizadas por UVA despegaron en los últimos meses: los hipotecarios en 2016 fueron 2.096 millones y hasta setiembre de este año, $25.360 millones; los personales pasaron de $1,6 millones y $11.397 millones; los prendarios suman $422 millones.
Contra $1,3 billones en créditos que tiene el sistema, hay $1,5 billones de depósitos, de ese total el 0,16% del total son actualizados por UVA. Se trata de productos poco ofrecidos por los bancos, a los que les resulta «caros”.
«Hasta que la inflación no se modere y baje a un dígito, los préstamos en UVA son de alto riesgo salvo que tengan un límite de actualización”, describió Simonella.
La tasa de interés real de estos préstamos ronda el 6% promedio para hipotecarios y prendarios y entre 10% y 12% para personales.
Simonella planteó que en la Argentina, en general, los préstamos dominantes fueron de tasa real negativa; con el sistema UVA ese esquema cambia.