El Banco Central adelantó que autorizará que Cristóbal López venda el Banco Finansur. Según trascendió, el Grupo Fiorito, de la familia fundadora del Banco de Quilmes, le ganó a los chinos y se alzó con el paquete accionario que estaba en manos del empresario. Esta transacción se concreta «justo a tiempo», ya que el BCRA había fijado 10 días, que vencían hoy, para que se defina el destino de la entidad bancaria, la cual fue suspendida por la demora en el plan de capitalización de, al menos, 10 millones de pesos.
Esta mañana se acordó que los Fiorito capitalizarán de manera inmediata a la entidad con una inyección de liquidez de US$ 10 millones, que ya se presentó en el BCRA para su aprobación. La operatoria total es de unos US$ 25 millones. Ahora deberán pedir permiso a la justicia para quedarse con el 78% que está en manos de Cristobal López, aunque destacaron que quieren comprar el 100% del banco.
Lo cierto es que hoy vencía el plazo que el Central había fijado, hace 10 días, para que se defina el destino del banco Finansur, el cual había sido suspendido por la demora en el plan de capitalización de al menos $10 millones. Es por eso que los Fiorito, tras vencer a los oferentes chinos, se quedaron con la entidad bancaria que se encuentra en un 78% en manos del grupo Indalo Inversiones.
El otro 19% estaba en manos de la familia Sanchez Córdoba y Jorge De María (ex socio de Juan Navarro en el Exxel Group) tiene el 3% restante. Es por eso que los Fiorito acordaron la compra de las acciones de López y esta semana continuarán las negociaciones para alzarse con el 100% de la entidad. De todas maneras, durante la semana pasada, la operación parecía inviable, pero el «apuro» que impuso el Central, permitió que López aceptara la oferta que fue acercada por Martín Redrado, a través de la banca de inversión MRFS, a cargo de la operatoria de venta.
En tanto, según afirma el matutino porteño Clarín, «era importante tener alguien conocido en el mercado, que inspire confianza y que por lo tanto pueda recibir préstamos», ya que esta familia es dueña de Fiorito Factoring, financiera que se especializa en el descuento de cheques y facturas para PYMES, el mismo nicho de clientes al que apunta el Finansur. Es que el Banco Quilmes, entidad que perteneció a esta familia, quedó en manos del canadiense Scotiabank, que finalmente abandonó el país en 2002 como consecuencia de la crisis financiera.
Con esta operación, los Fiorito dejaron atrás la «persecución» del banco del holding chino Citic, que según había trascendido en el mercado, había ofertado US$ 25 millones y se alzaron con el Finansur, ya que los vendedores consideraron que el escaso conocimiento de los orientales en el mercado bancario local sería un escollo a la hora de lograr la aprobación de la operatoria por parte del BCRA y de la Justicia.
Por otro lado, el Banco Finansur hoy tiene 600 millones de pesos en depósitos. Desde que estalló la crisis financiera de Indalo, hace un año y medio, perdió la mitad de los depósitos, por el procesamiento que tiene López por lavado de dinero al pagar con alquileres a la empresa Los Sauces de Cristina Kirchner. Siendo que, además, firmó un acuerdo de venta irrevocable de las acciones del grupo Indalo a OP Inversores, cuya cara visible es el financista Ignacio Rosner, ex Socma, asociado con la petrolera rusa Lukoil.
De todas maneras, la operación de venta no puede concretarse porque la Justicia tiene inhibidos todos los bienes de López por el fraude fiscal con su petrolera Oil Combustibles. Es por eso que en el trato que pactaron los compradores con López, hay un apartado que habla de posibles contingencias fiscales y laborales.
Incluso, la agencia Deloitte, que hizo un primer balance del precio de la entidad cercano a los US$ 25 millones, se encuentran realizando un análisis minucioso de los estudios contables para detectar posibles pasivos ocultos, que de existir se restarían de los US$25 mil millones. Toda la información con los números finales será enviada al juez Julián Ercolini, que investiga a López en una causa abierta por evasión fiscal, el cual, de aceptar la venta, permitiría que se levante la suspensión que le impuso el BCRA.