Las elecciones legislativas en Alemania le otorgaron la victoria a la canciller, Ángela Merkel, aunque con un porcentaje que no dejó satisfacciones para el partido oficialista. Sin embargo, la señal más fuerte de alarma provino por el caudal de votos que obtuvo el partido de ultraderecha neonazi AfD (Alternativa para Alemania) que, con el 13 por ciento de los votos, se aseguraron el puesto de la tercer fuerza política más importante del país.
El frente CDU/CSU, liderado por la misma Ángela Merkel y secundada por Horst Seehofer, cosechó un 34,5 por ciento de los votos en las elecciones parlamentarias alemanas que se desarrollaron hoy. En segundo lugar quedó el SPD de Martin Schulz, con el 21,6 por ciento de los votos. Sin embargo, la noticia pasó por la tercera posición, que fue obtenida por el partido AfD, liderado por Alice Weidel y Alexander Gauland, al cosechar el 13,5 por ciento.
El partido Alternativa por Alemania fue fundado en 2013 y desde entonces no había accedido a bancas en el Parlamento de Alemania. Esta vez contarán con cerca de 90 asientos para la ultraderecha que no sólo asciende en ese país, sino que también ha tenido resurgimientos en otras naciones y en general en Europa, como en Francia, Italia, España y en los países escandinavos.
«Hemos logrado nuestro objetivo. Somos la primera fuerza política y tenemos el cometido de formar Gobierno. Ningún partido puede gobernar contra nosotros», afirmó hoy la canciller alemana, Ángela Merkel, en un discurso que también fue teñido por la autocrítica. En esa línea, la mandataria germana admitió que ella y su espacio político esperaban un «mejor resultado».
Es que los números obtenidos por el CDU/CSU oficialista representan el peor resultado electoral de Merkel desde su asunción como mandataria en 2005. Hace cuatro años ese mismo espacio político había sido el receptor de un 41,5 por ciento de los votos, lo que representa una caida de casi una décima parte de su caudal.